8. Pensar para vivir mejor, no para tener razón
A veces usamos el pensamiento como arma: para discutir, convencer, ganar debates. Pero reflexionar no debería ser eso. No se trata de tener razón, sino de vivir con más sentido.
Pensar bien nos hace más libres, no más tercos. La reflexión verdadera no busca imponerse, sino entender. Y desde ahí, construir una vida más coherente y más en paz.