6. El silencio como puerta al pensamiento

En medio del ruido constante, el silencio se vuelve raro… y valioso. Es en ese espacio donde realmente podemos escucharnos sin interferencias. El pensamiento necesita pausas, no solo palabras.

No hay reflexión sin un poco de silencio. Cuando todo se calla, aparece lo verdadero. Nos escuchamos de verdad, y empezamos a comprender lo que antes solo intuíamos.