3. Vivir en automático: el enemigo silencioso
A veces pasamos semanas, incluso años, repitiendo rutinas sin preguntarnos si tienen sentido. Vivimos en modo automático, cumpliendo con lo que toca, sin cuestionar nada. Y ese hábito es peligroso porque nos adormece por dentro.
Reflexionar rompe ese automatismo. Es una forma de volver a mirar lo que hacemos con ojos nuevos. Pensar nos despierta, nos sacude, nos recuerda que la vida no es solo avanzar, sino saber hacia dónde vamos.